Para el año 2013 la confrontación armada y las complicaciones frente al proyecto hidroeléctrico tenían lugar en el departamento del Tolima, en el sur. Un ejemplo de esta situación es la del presidente de Asohermosas Helmer García en el cañón de las Hermosas, pues en el Acta III denuncia que además de las inconformidades que ha traído el proyecto hidroeléctrico, se han cometido toda clase de violaciones a los derechos humanos y al Derecho Internacional Humanitario provocando la detención y muerte de varios líderes y lideresas de la región, el desplazamiento, muerte de animales, destrucción del medio ambiente, incremento en el consumo de alucinógenos, criminalización y judicialización de las organizaciones y sus líderes.
El tema del desplazamiento fue uno de los focos en la zona sur, especialmente para el registro del desplazamiento indígena. La gente, según el Diagnóstico Participativo de los Derechos Fundamentales del Pueblo Pijao (Ministerio del Interior) se trasladaba a las cabeceras municipales cercanas a la capital del departamento y también a Bogotá. En ese caso, al incrementar la inseguridad para las comunidades indígenas se vio la necesidad de conformar un cabildo Pijao en la capital del país que para este año estaba conformado por 6.908 personas desplazadas.
Con los ataques auspiciados por el grupo guerrillero hacia el ejército, se destruyeron estaciones de policía en el municipio de Planadas y en el municipio de Rioblanco, específicamente en Herrera, los habitantes se opusieron a que las FARC-EP se instalaran en el corregimiento después de un ataque que se realizó allí.
La avanzada de los diálogos de paz entre el Gobierno y el grupo armado permitió que, dentro del año 2012 y 2013, en el departamento del Tolima se realizaran 18 mesas regionales para contribuir al fin del conflicto. Estas fueron iniciativas de las Comisiones de Paz apoyadas por la ONU y el PNUD con el fin de acercarse a las comunidades y recibir propuestas.