El llamado a la Séptima Conferencia de las FARC-EP en Guayabero – Meta abrió espacio para generar un cambio en el modo de operar y crear estrategias organizativas y militares. La intensidad del conflicto en el país se divisó por el proceso de expansión de las guerrillas en esta década, pues, en su Plan Estratégico atraídos por intereses económicos y políticos se formularon medidas para tomar el poder y aproximarse a los principales centros urbanos del país.
De esta forma, se dio un entrecruzamiento de violencias en los municipios del sur del Tolima, visibilizando desplazamientos que fueron fruto de homicidios, amenazas, extorsiones, entre otros. En el municipio de Chaparral notamos que para este año el producto de estas estrategias guerrilleras generó un aumento de la presión sobre menores de edad para vincularse a estos grupos insurgentes. La mecánica del reclutamiento –en muchas ocasiones forzado– hizo que aumentaran los desplazamientos, los padres no querían entregar a sus hijos a la guerra y como resultado de su partida las comunidades organizadas en el territorio se dispersaron y tuvieron que mezclar su identidad con otras culturas.